La recesión de las encías es un problema común entre los pacientes, especialmente entre aquellos que sufren una periodontitis en estado avanzado. Esta situación no solo afecta a la estética de la boca, sino que, además, puede provocar otro tipo de problemas de diversa gravedad. Entre ellos, la movilidad e incluso la caída de las piezas dentales cuya raíz ha quedado expuesta. En estos casos, para ponerle solución, podemos recomendar la realización de un injerto de encía.
En este artículo, desde nuestra clínica dental en Santiago centro, te explicamos en qué consiste este tratamiento periodontal, qué tipos de injertos de encía existen y cuáles son sus beneficios para la salud bucodental.
¿Qué es un injerto de encía?
El injerto de encía es un procedimiento del área de la periodoncia que nos permite recubrir la raíz de uno o varios dientes que ha quedado expuesta como consecuencia de la retracción de los tejidos gingivales.
Para realizarlo, generalmente, tomamos tejido de una zona blanda de la boca, como el paladar del propio paciente. Así, recuperamos la estética de la sonrisa y prevenimos la movilidad e incluso la eventual caída de los dientes afectados.
¿Qué tipos de tratamientos e injertos podemos realizar para recuperar las encías?
Distinguimos entre dos tipos de procedimientos para tratar la recesión de las encías: el colgajo de reposición coronal, es decir, el estiramiento de las encías, y el injerto propiamente dicho. El injerto, a su vez, puede ser de tejido conectivo o un injerto libre de encía. En todos los casos, se trata de procedimientos mínimamente invasivos.
En el colgajo de reposición coronal levantamos una parte de la encía, cercana a donde se ha producido la retracción, y la estiramos para recubrir la raíz del diente. Optamos por el injerto, en cambio, cuando no existe una masa de encía suficiente como para poder estirarla. En estos casos, extraemos una muestra del tejido del paladar del paciente, colocándolo sobre la raíz que ha quedado expuesta.
Beneficios de este tratamiento
El injerto de encía es un procedimiento indoloro que nos aporta múltiples beneficios, más allá de mejorar la estética.
- Recubre la raíz que había quedado expuesta, de manera que los dientes recuperan su protección natural.
- Previene la aparición de patologías bucodentales como la caries, la gingivitis y la periodontitis.
- Ayuda a detener el avance de la pérdida de tejidos gingivales.
- Disminuye la posibilidad de que se produzca movilidad dental e incluso pérdida de dientes.
- Ayuda, por lo tanto, a prevenir la aparición de la caries y de las enfermedades periodontales.
- Previene la aparición de sensibilidad dental.
Ante los primeros síntomas de la enfermedad periodontal, como el enrojecimiento y la inflamación de las encías, ¡consúltalo con tu dentista!
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